Ha muerto un joyanco de pro. Reconozco que me ha sorprendido la noticia a pesar de que su edad invitaba a esperar y asumir tal acontecimiento.
Ha sido un JOYANCO con un corazón de oro y con una inteligencia privilegiada que allá por donde ha ido, ha proclamado la belleza y la riqueza de su patria chica.
Poyales del Hoyo es más conocido y universal gracias a la labor de este santo varón que siempre tuvo por lujo y orgullo el haber nacido en nuestro pueblo.
nota recogida de internet dando la noticia de su fallecimiento:
En la tarde del 18 de mayo falleció en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital San Juan de Dios el padre Fernando Lorente, capellán de dicha Orden religiosa en Tenerife durante los últimos 27 años.
Nacido el 30 de julio de 1921 en Poyales del Hoyo (Ávila), Fernando Lorente ingresó en el postulado de Ciempozuelos (Madrid) en 1971 y tomó el hábito de novicio al año siguiente. Fue ordenado sacerdote en la basílica de San Juan de Dios de Granada el 3 de noviembre de 1984 y ese mismo año fue enviado como capellán al Hospital que la Orden dirige en Tenerife, donde prestó servicio hasta el final de sus días.
Las fotografías son de sus Bodas de Plata sacerdotales, celebradas en su pueblo natal, Poyales del Hoyo.Nacido el 30 de julio de 1921 en Poyales del Hoyo (Ávila), Fernando Lorente ingresó en el postulado de Ciempozuelos (Madrid) en 1971 y tomó el hábito de novicio al año siguiente. Fue ordenado sacerdote en la basílica de San Juan de Dios de Granada el 3 de noviembre de 1984 y ese mismo año fue enviado como capellán al Hospital que la Orden dirige en Tenerife, donde prestó servicio hasta el final de sus días.
Artículo publicado en El Ideal de Santa Cruz:
Ha muerto un sacerdote ejemplar
20/may/11 01:11
HAY MOMENTOS, y el de hoy es uno, en que faltan las palabras en el archivo mental de la memoria. Llevo más tiempo del debido sin hacer funcionar el ordenador, que es el sistema que empleamos hoy para escribir los originales, creo que todos los periodistas, y muchas veces echo de menos las viejas máquinas de escribir de la Redacción de este diario, cuando tenía su sede en la llamada calle del Norte, posteriormente de Valentín Sanz, justo frente al famoso Café El Águila, donde se reunían escritores, músicos de fama, pintores, artistas y, naturalmente, periodistas. Digo que he tenido el ordenador sin funcionar porque me faltan las palabras que expresen exactamente lo que siento, y no estoy convencido aún de que podré terminar este artículo donde trato de informar de la muerte de un destacado sacerdote, asiduo colaborador de este periódico, a quien conocí y con cuya Orden he colaborado durante más de medio siglo hasta el momento mismo de su fallecimiento, ocurrido al mediodía del miércoles último.
Me refiero al padre Fernando Lorente López, actualmente capellán del hospital San Juan de Dios de Tenerife.
Conocí al padre Fernando cuando, hace más de cincuenta años, vino a Tenerife con un grupo de hermanos de la Orden, limosneros la mayoría, procedentes de la casa Jerez y de otras de la Península, adscritas a la provincia bética, cuyo centro estaba en el gran hospital psiquiátrico del pueblo madrileño de Ciempozuelos. En la isla, los religiosos contaron con la colaboración del médico traumatólogo don Miguel López, admirador de la obra de los hermanos, y fue el doctor López, que era consejero del Cabildo Insular, el que consiguió que la corporación adelantara el desembolso de una cantidad necesaria para levantar una clínica en la isla dedicada exclusivamente a tratar la poliomelitis o parálisis infantil. Los hermanos alquilaron una casa en Vistabella, municipio de La Laguna, donde instalaron la primera casa de la Orden Hospitalaria con el nombre de Clínica Infantil San Juan de Dios, que, inmediatamente, comenzó a recibir pacientes de todo el Archipiélago. El pueblo de Santa Cruz se desvivió para ayudar a los hermanos, entre los que estaba fray Fernando Lorente, quien, luego de ocupar la Dirección del Hospital Ciempozuelos, como titular de la provincia bética se ordenó sacerdote en el seminario de Granada y últimamente fue nombrado capellán de la casa tinerfeña ya convertida en hospital y abierta a todas las especialidades de los centros del Insalud, del cual fue y sigue siendo centro concertado. Con la instalación en Tenerife, con pacientes de todo el Archipiélago, de la primera clínica infantil, y más tarde la construcción del actual hospital, que ya ha cumplido más de sesenta años, puede decirse que la poliomelitis, terrible enfermedad de la infancia, principalmente, quedó eliminada sin que se sepa de nuevos casos desde hace bastantes años.
En el nuevo y actual edificio del hospital, obra del arquitecto Rumeu de Armas, se dio el caso de que muchos obreros y trabajadores en la obra se negaron a cobrar salario alguno. Y hay más casos, como los de don Miguel López y otros médicos, que no solo no cobraban, sino que traían al centro material propio de sus despachos. Y puede decirse que el padre Fernando Lorente, que acaba de morir en el hospital en el que tanto trabajó y tantas mejoras gestionó, fue artífice principal a lo largo de muchos años y no lo olvidarán tantos que lo hemos conocido y tratado.
El padre Fernando, con su columna de los miércoles, fue colaborador de este diario desde hace más de veinte años, y en esta Casa, en la que tanto se le admira y estima, sentimos muy profundamente la muerte de este sacerdote ejemplar, al que tanto le deben Tenerife y Canarias.
Gracias, Fernando, por tu ejemplo de vida
Gracias, Fernando, por haberte conocido
gracias por el camino recorrido
y por compartir trabajo, rezos y sonrisas.
ACRÓSTICO PARA
FERNANDO LORENTE LÓPEZ 0.H.
DE LA CLÍNICA SAN JUAN DE DIOS.
Fe sólida y llena de humildad.
Espíritu selecto y cristiano.
Religioso hasta la saciedad.
Nunca abandonaste a un hermano
Ante la dura adversidad.
Nadie para Ti es pagano,
Dándoles tu sincera amistad,
O el apoyo firme y cálido de tu mano.
Locuaz y afable conversador,
Orador profundo y sincero,
Resolutivo y tenaz escritor.
Entregado de cuerpo entero,
Nunca abandonas tu dura labor,
Teniendo a la oración por lucero.
En la clínica que es tu amor
Llegaste a Tenerife cargado de ilusión
Organizando los hospitales de Dios.
Poyales del Hoyo es tu Ávila cuna
En donde nación tu vocación.
Zaga de religiosos, sin duda alguna.
ALVARO FAJARDO HERNÁNDEZ
(PACIENTE ALGO IMPACIENTE)
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