21 sept 2007

¿UN MUNDO SIN ABEJAS?

«Si la abeja desapareciera del planeta, al hombre sólo le quedarían cuatro años de vida». Sin querer ser apocalípticos, esta frase atribuida a Albert Einstein define muy bien el papel que las abejas desempeñan en el medio ambiente, sobre todo por su función polinizadora, que es vital para una gran diversidad de plantas, además de elevar la productividad de los cultivos, aprovechando recursos que no podrían ser utilizados directamente por ninguna otra actividad agraria ni por el hombre. «Tras el viento, es el principal elemento que existe para fecundar las plantas», explica Gerardo Pérez, dueño de La Casa de las Abejas, un aula-museo situado en Poyales del Hoyo (Ávila) y donde en primavera llega a haber 500.000 abejas. «Un tercio de los alimentos del planeta procede de la polinización de las abejas y ya hay en el mundo 1.000 millones de hambrientos», explica. Por tanto, si éstas desaparecen, «se rompe la cadena de la vida por un punto muy frágil, afectando a decenas de miles de especies de plantas y animales». Por eso propone «reconocer su enorme labor, protegerlas y convertirlas en el símbolo de la biodiversidad».

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