PILAR MARTIN NOYA
Un funeral por Pilar debe ser una Acción de Gracias,
porque es un auténtico regalo de Dios para todos los que la hemos conocido.
Una persona muy clara y transparente. Era una persona con mucha fe y vivió su enfermedad con resignación, no se quejaba y dedicó casi toda su vida a dar de comer al hambriento, vestir al desnudo y consolar al enfermo. Era una persona muy creyente y se sentía en paz con Dios, consigo misma y con los demás.
Participaba en muchas acciones sociales, muy ligadas a la Iglesia, acompañando a enfermos en peregrinaciones, recogiendo comida, ropa y juguetes para los mas necesitados. Ha sido una persona que ha ido haciendo el bien de una forma sencilla y silenciosa y sin esperar agradecimiento o reconocimiento.
Hospital de Getafe, su lugar de trabajo durante muchos años. |
Con los amigos siempre tenía una actitud positiva, perdonando y sabiendo pedir perdón, respetando y compartiendo. No reprochaba ninguna actitud hostil, mas bien siempre trataba de comprender y mantener una postura pacificadora. Era tan sencilla y tan transparente que a veces tenia unas actitudes y respuestas que nos hacía reir por la ingenuidad y bondad que demostraba.
Muy sincera y leal, huyendo de protagonismos.
Nos decía y explicaba su enfermedad con toda sencillez, sin quejas, sin reproches y no esperando ni pena ni compasión.
Siempre ponía una gran ilusión en todo lo que hacía y a nivel personal me hizo muchísima ilusión que me regalara un cuadro pintado por ella al óleo de una fotografía de la Fuente Nueva de Poyales del Hoyo, nuestro pueblo. Todo lo que le pueda faltar de técnica o arte le sobra de cariño y amistad.
Se sintió joyanca y siempre que pudo participó en sus fiestas, cabalgatas, marchas y demás actividades.
Se puede resumir su vida de 60 años en la frase:
Señor, gracias por haber puesto un ángel bueno en nuestras vidas.
Miguel Camacho
Hoy jueves, 5 de febrero en el Hospital Universitario de Getafe y a petición de sus compañeras de trabajo se ha celebrado un funeral, durante el mismo se ha leído parte del texto expuesto en esta entrada y el capellán D. Álvaro Gómez en su sentida homilía ha hecho referencia a Pilar comparándola a los pilares de un gran edificio que aunque ocultos o poco visibles, son imprescindibles y necesarios para que ese edificio cumpla su misión. Así Pilar durante su vida y de forma silenciosa y sencilla ha ido haciendo el bien a los demás sin protagonismos y sin llamar la atención.
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